Cuatro años después de ‘Ain’t Them Bodies Saints‘, el director David Lowery y los actores Casey Affleck y Rooney Mara vuelven a unir sus fuerzas en esta arriesgada cinta de cine independiente que tan buenas críticas cosechó en la última edición del Festival de Sundance.
La historia nos presenta a C, un músico cuya carrera no está pasando por su mejor momento, y a su pareja M. Ambos viven en una casa suburbana de una población rural estadounidense, que M desea abandonar para mudarse, pese a la reticencia de su marido. Un día, C sufre accidente de tráfico del que no consigue salir con vida, pero su espíritu, una vez está el cadáver en el hospital cubierto por una sábana blanca, vuelve en sí y decide regresar a la casa que ambos compartían.
El director mexicano Guillermo del Toro una vez dijo que toda película se compone a la vez de tres películas: la que el estudio desea producir, la que el director desea rodar y la que el público quiere ver. Mi principal problema con ‘A Ghost Story‘ es que la cinta que yo quería ver seguramente no sea la misma que Lowery quería dirigir. Por una parte, me fascina todo lo relacionado con la pareja protagonizada por Affleck y Mara, quienes apenas cuentan con minutos en pantalla, pero que necesitan de tan solo unas escasas escenas para reflejar la intimidad y el conflicto existente en la pareja, así como la impotencia del protagonista ante la imposibilidad de intervenir en el duelo de su pareja y cómo observa la vida que ella lleva una vez acepta la muerte de su amante. Sin embargo, me cuesta conectar con la película cuando se aleja de este escenario para adentrarse en el terreno del fantasma enclaustrado en dicho espacio junto a los sucesivos personajes que habitan dicha casa.
La forma cobra en esta película gran importancia, y pocas críticas se le pueden achacar al respecto, ya que todo en la cinta está muy cuidado: desde la apropiada banda sonora de Daniel Hart y la preciosa fotografía de Andrew Droz Palermo hasta el formato 1:33:1 con bordes redondeados, que no hace sino potenciar la sensación de claustrofobia y angustia del fantasma.
En definitiva, ‘A Ghost Story’ es una cinta que no agradará a todo el mundo por su atípico planteamiento, pausado ritmo y escaso diálogo, pero que supone un triunfo del cine independiente por su elegancia, ambición temática y emotivo discurso, sin quedarse en ser solo en un bonito ejercicio de estilo. David Lowey ha venido a decirnos que los fantasmas existen, pero que no son cómo imaginábamos.
Puntuación: 6/10